por Loreto Lavín C. (fuente: La Segunda)
La vulnerabilidad infantil no tiene ricos ni pobres, solo tiene abusadores y abusados. Somos coautores de los maltratos infantiles si no actuamos por temor, si no acusamos por pudor y si no protegemos con rigor. Y a los miserables abusadores sólo los amedrenta alguien más fuerte. Si la mayor parte de los abusos son intrafamiliares, ¿quién, si no las autoridades a quien temen los adultos, puede contenerlos?